¿Estamos listos para “mamá gobierno” de Sandra Torres?
Guatemala transitaba por la carretera de golpes de Estado, gobiernos de facto y el surgimiento de nuevos partidos políticos cuando su nombre empezó a resonar, desde entonces, es una de las mujeres más conocidas en la política del país aún cuando no ha ocupado un cargo de elección popular.
Sandra Julieta Torres Casanova, una mujer a la que es difícil describir en los negocios, la política y la vida personal pues habla escasamente de ciertos temas, aunque sus roles se entrelazan constantemente.
Algunos podrían decir que sus cambios de opinión más recientes tienen relación con la evolución que viven el mundo y la política; otros, sostendrían que se trata de una “estrategia” para aliarse con quienes le ayuden a llegar a la silla presidencial, así sean exrivales, enemigos y hasta religiosos.
Nació el 5 de octubre de 1955 en Melchor de Mencos, Petén, al norte de Guatemala. Sus padres, el comerciante Enrique Torres y la exalcaldesa, Teresa Casanova, parecen ser la inspiración de Sandra Torres quien fue construyendo una vida en la que combinaba sus habilidades gerenciales en los negocios de maquilas y cosméticos, y sus inicios en la política coordinando las bases de partidos hasta llegar a dirigirlos.
Su infancia transcurrió entre Guatemala y Belice; pero más tarde se estableció en la capital guatemalteca donde trabajó como maestra de inglés y secretaria; mientras avanzaba en sus estudios universitarios para obtener la licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Carlos.
Torres tiene un ávido interés por conocer el manejo de la cosa pública por lo que ha dedicado horas de su vida a las aulas donde ha obtenido maestrías y especializaciones relacionadas con Políticas Públicas, Ciencias Sociales, Manejo Interinstitucional del Estado, Estructura Social y del Estado, entre otras.
Como empresaria y gerente de empresas privadas, destaca la creación de varios negocios de importación de productos textiles y de belleza junto a su primer esposo, Edgar Augusto De León Sotomayor, un abogado con quien también incursionó por primera vez en la política en el desaparecido partido Desarrollo Integral Auténtico (DIA).
La pareja fue fructífera en muchos sentidos. Procreó cuatro hijos, fundó y dirigió numerosas compañías, y marcó el paso de quienes integraron el partido político DIA, entre quienes destacan: el médico Rolando Torres y la operadora política, Gloria Torres, ambos hermanos de la candidata presidencial.
Ejecutiva de mercado, supervisora de ventas, administradora y gerente; son algunos de los cargos que destacan en la trayectoria empresarial de Sandra Torres quien, antes de lanzar sus propios negocios, fue parte, según diversas fuentes, de empresas como Avon, Los Cebollines y Maybelinne.
Más tarde, consolidó su liderazgo en sus propias empresas.
En la década de los 80, cuando Guatemala vivía una convulsa situación política y social ante el autoritarismo de los grupos militares que dirigían al país, nacía el partido DIA y con éste, un interés directo de Sandra Torres por seguir los pasos de sus familiares cercanos, madre y tíos, quienes hacían carrera como alcaldes de Melchor de Mencos, Petén.
Para los años 90 ya había surgido oficialmente el partido DIA cuya ideología, según data en sus registros, era de centroizquierda. Sandra Torres y su hermana mayor, Gloria, establecían alianzas con alcaldes y ganaban apoyo político en todo el país.
Llegaron las elecciones generales de 1999 y DIA junto a la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) impulsó lo que se conoció como la Alianza Nueva Nación (ANN). ¿Su candidato?: el ingeniero Álvaro Colom.
Colom tenía ideas menos extremas. No quería ser relacionado con palabras como “guerrilla” o “revolución” por lo que eventualmente inició la formación de un nuevo partido político: la Unidad Nacional de la Esperanza, agrupación con la que las hermanas Torres decidieron caminar, abandonando a DIA.
El cambio de Sandra Torres al nuevo grupo político también le dio un tono más amigable pues la UNE se estableció como un partido socialdemócrata, es decir, menos confrontativo y más conciliador bajo el liderazgo de Álvaro Colom quien fue investido como presidente con ese partido para el período 2008-2011; y también se convertiría en el segundo esposo de Torres.
La candidata, mientras tanto, hizo su trabajo y además de acompañar a Colom como su consejera cercana, desarrolló los programas de Cohesión Social con los que impulsó la ayuda a niños, mujeres y ancianos, entre otros grupos vulnerables, ganando gran simpatía entre los ciudadanos de la clase trabajadora.
En ese período como primera dama, algo se consolidó en Torres: el deseo por llegar a la silla presidencial.
Así, hizo un primer intento por ser candidata con el mismo partido que había llevado a Colom a la presidencia; pero un impedimento en la Constitución que aparece en el literal C del artículo 186, prohíbe a familiares y parientes del Presidente y del Vicepresidente de turno, postularse como candidatos presidenciales.
Fue entonces cuando a Torres y a sus asesores les pareció buena idea intentar acabar con ese vínculo y la pareja puso fin al matrimonio. Pese a esto, no fue habilitada para participar.
Aquel episodio fue visto por muchos como una actitud ambiciosa y desmedida, pero por otros, como una forma de mostrar su pasión por servir al país.
De allí que nacieran corrientes como el “antivoto” que ha favorecido a los dos últimos candidatos que se han enfrentado con ella en la segunda vuelta electoral: el comediante Jimmy Morales y el médico-político, Alejandro Giammattei. Ambos fueron presidentes gracias al “castigo” que muchos quisieron darle a Torres.
Hoy, la candidata de 67 años parece sostener la frase que utilizó al acabar su segundo matrimonio: “me divorcio del presidente para casarme con el pueblo, con la gente de Guatemala”.
Pese a las críticas que sigue recibiendo por aquella decisión, Sandra Torres ha ganado apoyo de los grupos más conservadores con su modificación, leve pero evidente, de discurso al apoyar sus mensajes en Dios y en el respaldo que recibe de sus aliados, entre ellos, el ex pastor y candidato por la vicepresidencia, Romeo Estuardo Guerra.
Según Torres, tiene claro que en la agenda 2030 apoyará los objetivos de desarrollo sostenible y protegerá el medio ambiente; sin embargo, al llegar a la parte de promover la igualdad de género y su matrimonio explicó en una entrevista realizada por la estación radial Emisoras Unidas, que respeta esa ideología pero no comparte la idea de ser promotora de este tipo de convivencias, ganando simpatía de los grupos más conservadores y cristianos del país.
En entrevista Exclusiva con Cobertura Especial, Sandra Torres, pidió a los votantes que se dejen “cuidar por ella”, y que sería “mamá gobierno”.
La pregunta es: ¿estamos listos para que una mujer nos dirija hacia dónde queremos ir?, y más importante aún, ¿hacia dónde queremos ir?.