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Soy cristiano pero, ¡tengo muy mal carácter!


¿Cuánto tiempo dura tu termómetro interno en subir la temperatura antes de recordar que ya no eres el mismo?

 

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Cortesía de https://pixabay.com/     

Por La Redacción de Cobertura Especial

Domingo, 19 de octubre de 2025


Cuando aceptas a Jesús en tu corazón se te dice que serás "una nueva criatura", pero al salir de la iglesia la realidad te muestra un panorama más complejo: muchos creyentes luchan con el enojo, la impaciencia, el mal genio y hasta la ira, que parecen incompatibles con la imagen de Cristo.

 

Este conflicto no es una anomalía, sino el reflejo de una batalla interna originada entre la "vieja naturaleza" (la carne) y el "nuevo tú".

 

El problema del mal carácter en el cristiano reside en la desconexión entre la creencia (fe) y la obediencia práctica (acciones diarias); vamos a explicarlo con más detalle:

 

El apóstol Santiago sostiene que no basta con ser oidores de la Palabra, sino hacedores.

 

  • Dato Clave: algunos consejeros cristianos afirman que hasta el 50% de las personas que acuden a terapia en entornos de fe tienen problemas graves para manejar la ira descontrolada.

 

Esto indica que no es un asunto aislado, sino un desafío constante en el proceso de madurez espiritual.

 

¿Por qué un creyente puede tener mal carácter?

 

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Cortesía de https://pixabay.com/     

El carácter “fuerte” o explosivo no se debe simplemente a una "personalidad", sino a menudo a tres causas profundas que la fe debe abordar activamente:

 

  • El orgullo: el mal genio surge cuando las expectativas personales no se cumplen o cuando alguien cuestiona nuestra razón.
  • La desobediencia consciente: la persona con mal genio a menudo conoce las enseñanzas bíblicas sobre el dominio propio, pero elige seguir “lo que siente” por encima de la voz de Dios. El problema no es la ignorancia, sino la desobediencia.
  • El rencor no resuelto: la ira descontrolada es a menudo la punta del iceberg de una amargura y un rencor acumulados. Como un río desbordado, un carácter sin control puede llevar a acciones irreversibles (Proverbios 17:14), como lo fue el caso bíblico de Caín, cuya envidia lo llevó a matar a su hermano.


Pese a que estos tres temas son sumamente importantes, hay otros que no podemos dejar fuera como las expectativas no cumplidas + estrés de la vida diaria, la falta de discipulado emocional y espiritual y la confusión entre “justo enojo” y “mal carácter”.

 

La Biblia reconoce el enojo (como en Jesús de Nazaret al limpiar el templo) pero advierte contra permitir que la ira gobierne.

 

Un creyente puede justificar su carácter fuerte como “pasión por Dios” o “justicia propia” cuando en realidad se trata de ego, defensa, control o heridas.


¿Qué hacer para cambiar?

 

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Cortesía de https://pixabay.com/     
  • Reconocer que el enojo no siempre es pecado, pero la falta de control sí lo es.
  • Identificar los detonadores personales: estrés acumulado, heridas no sanadas, expectativas no cumplidas.
  • Practicar la pausa: “ser rápidos para escuchar, tardos para hablar, tardos para airarse”.
  • Aplicar principios bíblicos: no dejar que “el sol se ponga” sobre nuestro enojo.
  • Pedir ayuda: consejería cristiana, mentoría, comunidad segura que permita confesar y sanar.


Una breve guía bíblica


  • Santiago 1:19: "Mis queridos hermanos, tengan presente esto: todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse."
  • Efesios 4:26: "Si se enojan, no pequen. No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol."
  • Proverbios 14:29: "El que es paciente muestra gran inteligencia; el que es agresivo muestra mucha insensatez."


La Biblia presenta al enojo como una emoción válida, pero advierte que cuando no es gobernada por el Espíritu de Dios, se convierte en mal carácter, división, pecado.

 

Si eres cristiano y sientes que tienes mal carácter, no estás solo ni eres automáticamente “malo”, pero sí estás frente a una oportunidad: la de crecer.

 

No puedes tener las mismas actitudes que tuviste hace tres, cinco o siete años, cuando aceptaste al Señor en tu corazón.

 

Entiende esto: nada queda estático en la vida para siempre: te estancas momentáneamente, pero luego: creces o retrocedes, pero te moverás.

 

El carácter no se cambia solo por voluntad humana, sino por la obra del Espíritu Santo

 

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Cobertura Especial, una poderos perspectiva.

 

 

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