Influencers cristianos: ¿pueden las redes sociales ser un ministerio?
Estilos de vida, tutoriales y charlas inspiradoras parecen invadir la mente de los usuarios en internet pero, ¿pueden llegar a tocar el alma?
Por: Luis Leonel Lopez Armas
16 de octubre de 2024
Son un espacio clave para la difusión de ideas, valores y formas de vida donde millones de personas se encuentran de manera virtual en plataformas como Instagram, YouTube, TikTok y X.
Sin embargo, ese encuentro no es de aquellos en los que ves a tus amigos a los ojos, percibes su estado de ánimo e incluso das un abrazo a quien sientes que lo necesita; estos encuentros son más del tipo “a distancia”. Funcionan de muchas maneras para “conectar”, pero, ¿pueden las redes sociales ser un ministerio para compartir el mensaje de Cristo?.
Muchos influencers cristianos creen que sí, que las aplicaciones más populares permiten impactar la vida de miles de personas, especialmente, las de los más jóvenes.
El evangelio en la era digital
Jesús, al enviar a sus discípulos a predicar la palabra, dijo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19). En la era digital, estas “naciones” ya no están limitadas por fronteras físicas.
Las redes sociales permiten que el mensaje de Cristo llegue a cualquier parte del mundo con solo un clic, conectando a personas que de otra manera nunca hubieran escuchado el Evangelio.
Un claro ejemplo de este fenómeno es el de los influencers cristianos que utilizan Instagram y YouTube para predicar y enseñar principios bíblicos.
Figuras como Jefferson Bethke, autor de varios libros y creador de contenido cristiano en YouTube, ha logrado conectar con millones de jóvenes que buscan respuestas sobre la fe y la vida cristiana. Al hacerlo, este influencer no solamente comparte su testimonio personal, también utiliza su creatividad para hablar de Dios de una manera atractiva y relevante.
¿Es un ministerio?
Cortesía: www.pixabay.com
Sin duda, la palabra de Dios compartida por internet puede ser un ungüento para quienes pasan por momentos difíciles en la vida, pero es necesario indagar si su uso puede considerarse realmente un ministerio.
Por un lado, el modelo tradicional de ministerio es diferente al trabajo de un influencer en línea; sin embargo, lo que define un ministerio no es el lugar o la forma, sino el objetivo: compartir el amor de Cristo y hacer discípulos. Como se lee en Proverbios 11:30: “El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio.”
Muchos influencers cristianos no solamente publican contenido basado en la Biblia, sino también crean comunidades de apoyo, responden preguntas y guían a sus seguidores a una relación más cercana con Dios.
Además, sus contenidos inspiran a otros a tomar pasos de fe, a buscar respuestas en la Palabra de Dios, y a participar activamente en sus iglesias locales. Este uso estratégico de las redes sociales es considerado por muchos como una forma moderna de ministerio.
Por otro lado, un ministerio tradicional va más allá. El pastor o líder, visita a las ovejas, unge a los enfermos, ora por las necesidades del pueblo y tiene una conexión constante y cercana con su comunidad. Él es “el responsable” espiritual en la vida de estas personas.
Se trata de un compromiso que va más allá de aconsejar y lanzar preguntas existenciales. Es un servicio a Dios y al prójimo adquirido de manera permanente.
Lo anterior no quiere decir que el influencer no se comprometa, pero la distancia física le impide dar seguimiento a cada persona como lo haría un pastor de manera presencial.
Riesgos y desafíos en la red
Algunas personas aseguran que el mensaje cristiano puede diluirse cuando se adapta a formatos de entretenimiento rápido como los de TikTok o Instagram.
Otros señalan con preocupación que la atención pueda centrarse más en el influencer que en el mensaje de Cristo. Como advierte la Biblia en Gálatas 1:10: “¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”, expresó el apóstol Pablo.
Para aquellos que utilizan las redes sociales como plataforma de evangelización, este versículo es un recordatorio crucial: el foco siempre debe estar en glorificar a Dios y no en buscar popularidad o reconocimiento personal.
Ejemplos concretos
Sadie Robertson Huff es una joven cristiana que ha utilizado su plataforma de Instagram y su podcast para compartir su fe de manera auténtica.
Con millones de seguidores, Sadie comparte cómo la Biblia guía sus decisiones diarias y alienta a otros jóvenes a seguir a Cristo sin vergüenza. Su mensaje digital ha impactado a miles de personas.
Marcus Rogers, es otro caso de alguien que utiliza YouTube para abordar temas complejos desde una perspectiva bíblica.
Su canal ofrece contenido que va desde estudios bíblicos hasta temas controversiales, y aunque ha enfrentado críticas, su enfoque en la verdad de las Escrituras ha tocado la vida de muchos.
Los dos extremos en la Biblia
Mateo 28:19-20 - “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.”
Jesús nos envía a predicar el Evangelio a todas las naciones, lo cual podría ser imposible sin las redes sociales por lo que son una herramienta, pero quien recibe el mensaje debe dar pasos por cuenta propia en su ciudad para llegar a bautizarse y congregarse.
Y en 2 Timoteo 4:3 se nos dice: “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos”.
Este versículo nos muestra que si el mensaje predicado en las redes sociales se diluye o se adapta solo para agradar a las masas, podría desviarse del verdadero propósito de Dios .
Los mensajes digitales pueden ser valiosos para animarte, pero el llevar una relación cercana a Dios depende de ti y del discernimiento que vayas adquiriendo al pasar tiempo en su presencia.
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