“El evangelio de la prosperidad” y el debate que abre, incluso, entre cristianos
La batalla entre “ser humildes” vs. “gente de éxito” divide las opiniones y percepción que se tiene de un Dios bueno con todos.
La Teología de la prosperidad, como también se le conoce, proviene de una corriente neopentecostal; es decir, del movimiento imitador del pentecostés, que reunió doctrinas de diferentes religiones y más tarde se conoció como movimiento o renovación carismática.
La popularidad y expansión del evangelio de la prosperidad radica en la promesa, sin fundamentos bíblicos, de que Dios dará a sus seguidores una vida de riqueza, salud y victorias.
Esta corriente muestra a un dios parecido al genio de la botella que hace realidad los deseos de quien lo solicita, un dios que básicamente está al servicio de sus hijos para cumplir todo cuanto piden.
Veámoslo de esta manera: quienes tienen esta línea de creencias viven un antropocentrismo religioso, que no es más que una teoría que afirma que el hombre es el centro del universo; con lo que contradice constantemente la Biblia ya que en ella Dios muestra el trato que tiene con sus hijos y las batallas que ellos deben librar para cumplir con su propósito.
El riesgo que corre la comunidad cristiana ante este tipo de corrientes es que en ellas existen similitudes con lo que se enseña en la Iglesia evangélica pero con una vida menos complicada, más positiva y sin compromisos a largo plazo; es decir, todo resulta, en apariencia, más fácil.
Por otro lado, los movimientos neocarismáticos impulsaron recientemente este fenómeno por medio de campañas de comunicación gigantescas; sin embargo, el evangelio de la prosperidad o prospered gospel no es algo nuevo.
El surgimiento se registra en el siglo XX en Estados Unidos, y más tarde en varios países de África y Asia donde decenas de predicadores empezaron a dar prioridad a la promesa de bienestar antes que al llamado de servir a Dios y al prójimo.
Dónde nació el evangelio de la prosperidad
Desde la década de los 80, esa corriente empezó a cobrar fuerza en América Latina y a ganar adeptos gracias a los mensajes prácticos y llenos de promesas que lanzaban predicadores de buena apariencia en medio de espectáculos musicales al tono de una premiación de Hollywood.
Algunas investigaciones destacan al pastor neoyorkino Essek William Kenyon como el fundador de esta línea de ideas en las que la pobreza, la enfermedad y el desánimo son vistos como un castigo por la falta de fe; mientras que la abundancia, la buena salud y el éxito, son traducidos como la recompensa de Dios por tener una fe sólida.
Por otro lado, el evangelio de la prosperidad también tiene registros en el movimiento World of Faith o mundo de fe de la mano del profeta Kenneth Hagin (1917-2003), quien expresaba interpretaciones de la Biblia que sustentaban estas ideas.
Por ejemplo, en el versículo de Marcos 11:23-24 se lee: “En verdad os digo que si uno dice a este monte: “quítate y arrójate al mar”, y no duda en su corazón, sino que cree en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que os lo han concedido y lo obtendréis”.
Ambos líderes religiosos basaban sus ideas en estos versículos.
Si bien es cierto la Biblia invita a declarar que Dios es todopoderoso y todo es posible por medio de él; el adoctrinamiento que maneja esta teoría llevó a muchos pastores a acuñar la frase: There is a miracle in your mouth o hay un milagro en tu boca. La idea va de la mano con “reclamar” las promesas de Dios.
La urgencia de una vida próspera y lejos del dolor también adecuó los sermones de decenas de pastores que buscaban evitar que sus iglesias se vaciaran por falta de “motivación”.
Lo que dice la biblia del evangelio de la prosperidad
Los pastores genuinos son cuestionados por aquellas promesas sin restricciones y en el mejor de los casos ellos pueden tener la oportunidad de explicar, con bases Bíblicas, lo que dice Dios al respecto.
En 1 Timoteo 6:6-10 RV60 encontramos que “acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.”
También se lee en Hebreos 13:5-6 60 “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.”
Jesús mismo dijo en Mateo 19:23 que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos y no es porque ser rico en sí mismo sea malo, sino porque el que goza de riquezas en esta tierra suele sentirse tan cómodo que olvida buscar a Dios para alcanzar la vida eterna.
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