Los peligros que esconde la agenda 2030
Un plan amigable con todos excepto con la familia y la religión
La Agenda 2030 es un compromiso de acción global adoptado por las Naciones Unidas en 2015 con el fin de abordar desafíos mundiales como la pobreza, el hambre, la desigualdad y el cambio climático; sin embargo, sus propuestas llegan al corazón de nuestra sociedad poniéndola de cabeza.
Los más conservadores aseguran que se trata de una estrategia que busca consolidar un cambio de civilización y un nuevo orden mundial; es decir, la concreción de la llamada ventana de Overton en la que poco a poco la sociedad va cambiando su manera de pensar, aceptando lo que antes parecía una aberración.
Bajo estas nuevas reglas los seres humanos estamos perdiendo libertades básicas, aunque a simple vista, no lo parece:
Estos son los 17 objetivos de la Agenda 2030
- 1. Fin de la pobreza.
- 2. Hambre cero.
- 3. Salud y bienestar.
- 4. Educación de calidad.
- 5. Igualdad de género.
- 6. Agua limpia y saneamiento.
- 7. Energía asequible y no contaminante.
- 8. Trabajo decente y crecimiento económico.
- 9. Industria, innovación e infraestructura.
- 10. Reducción de las desigualdades.
- 11. Ciudades y comunidades sostenibles.
- 12. Producción y consumo responsables.
- 13. Acción por el clima.
- 14. Vida submarina.
- 15. Vida de ecosistemas terrestres.
- 16. Paz, justicia e instituciones sólidas.
- 17. Alianzas para lograr los objetivos.
Entonces, ¿qué peligros esconde?
Uno de los principales temores de los cristianos es el riesgo de violaciones a la libertad religiosa, es decir, que cada vez que quieras hablarle a alguien de Dios puedas sufrir consecuencias o discriminación como le ocurrió a una mujer en inglaterra que fue arrestada por orar frente a una clínica de abortos.
Isabel Vaughan Spruce fue detenida después de que un hombre la fotografiara frente a la clínica Robert de Servicios Británicos de Asesoramiento sobre el embarazo en Kings Norton, mientras oraba en silencio.
El 2 de febrero de 2022 la mujer fue acusada de cuatro cargos por Incumplimiento de una Orden de Protección del Espacio Público.
Vaughan Spruce dijo: “Es terriblemente incorrecto que la policía me arrestara, me llevara a las celdas, me registrara y me humillara simplemente por rezar en la privacidad de mi propia mente”.
Esto señala una tendencia en la que los cristianos estamos perdiendo el derecho de hablar libremente con Dios.
Además, la iglesia no puede asumir todos los compromisos que establece esta agenda debido a que promueve el aborto y la ideología de género los cuales contrarian las enseñanzas bíblicas.
Los padres de familia también están siendo atados de pies y manos ya que de tomar actitudes disciplinarias con sus hijos, serían juzgados por autoritarismo y discreminación.
Por ejemplo, bajo esa perspectiva, el Estado debe garantizar los derechos sexuales de las personas, haciendo que los niños puedan decidir el sexo al que desean pertenecer; mientras que los padres que intenten frenarlos podrían caer en la violación de derechos individuales que eventuralmente podría llevarlos a la cárcel.
¿La agenda 2030 podría considerarse la nueva religión?
Según Higinio Marín, profesor de antropología, sí. La Agenda 2030 podría llegar a considerarse una religión para los llamados “progresistas” quienes adoptan toda nueva corriente que promueva libertades sin límites. La Organización de Naciones Unidas (ONU), tiene una “clara voluntad de transformar el orden social y las convicciones”, sostuvo Marín.
El antropólogo explica que hay una aspiración de configurar la ética global y un sentido común que establezca nuevas reglas para todos, alejándose de lo que conocemos hoy.
En el terreno de la libertad religiosa, la Biblia nos enseña que debemos estar preparados para defender nuestra fe (1 Pedro 3:15). Esto implica que los cristianos tienen el derecho y la responsabilidad de practicar y compartir su fe sin temor a represalias o discriminación.
En cuanto a la crianza de los hijos, la Biblia nos instruye a enseñarles los caminos del Señor (Proverbios 22:6) y a criarlos en disciplina y amonestación (Efesios 6:4). El conflicto con ciertas políticas educativas o sociales promovidas en la Agenda 2030 es evidente y, eventualmente, podría generar una ruptura aún mayor entre los pensamientos extremos.
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