¿Qué significaría la candidatura de Kamala Harris para los cristianos?
El presidente Joe Biden sacudió una vez más la política de Estados Unidos al anunciar su retirada de la contienda electoral de noviembre, sumando nuevas dudas en los votantes evangélicos sobre el destino político del país.
Conscientes de que el partido Demócrata promueve ideas progresistas, contrarias a la postura conservadora de la iglesia, miles de cristianos en Estados Unidos y el mundo, ven con preocupación los nuevos movimientos en el tablero político que eventualmente puedan significar también variaciones en las encuestas que, hasta ahora, favorecen al republicano Donald Trump.
La decisión del presidente Biden de retirar su candidatura y promover para la nominación Demócrata a Kamala Harris, su actual vicepresidenta, se produjo el pasado domingo al mediodía; tomando por sorpresa a los cristianos que salían de sus iglesias.
Mientras algunos ven a Biden en el ocaso de su carrera política, otros, aseguran que Harris tiene la fuerza para ganar una y hasta dos contiendas electorales gracias a su juventud, el apoyo de su partido y de los donantes que de inmediato reunieron más de 81 millones de dólares, para mostrar su respaldo.
Pero, ¿Quién es Kamala Harris?, y ¿cuánto se distanciaría del liderazgo de Biden?
Además de ser la primera mujer en llegar a la vicepresidencia de Estados Unidos, fue la primera fiscal general de su estado, California; y también la primera mujer afroamericana y asiática en ocupar tales cargos.
Aunque sus padres fueron profesores universitarios, tuvieron un duro camino para hacer de Estados Unidos su hogar. Su padre llegó al país en 1950, procedente de Jamaica; mientras que la madre arribó del sur de India.
Harris, nació en Oakland, California, el 20 de octubre de 1964, y marchó desde muy joven junto a sus padres en manifestaciones para exigir justicia social.
La vicepresidenta, hoy de 56 años, se graduó en ciencias políticas y económicas de la Universidad Howard, en Washington; donde participó activamente en asuntos políticos y raciales; y más tarde estudió derecho en San Francisco.
Se casó en 2014 con Doug Emhoff, un abogado con dos hijos de una antigua relación.
A Harris se le conoce en la actualidad como una mujer progresista; sin embargo, en los inicios de su carrera sufrió un gran desgaste al negarse a apoyar la pena de muerte.
Según registros, un hombre asesinó a un joven policía de San Francisco, provocando que tanto la ciudad como las fuerzas del orden exigieran la pena capital, pero, la entonces fiscal se negó a solicitar tal castigo debido a su lucha por los derechos humanos, reporta France24.
En 2010, Harris ganó la carrera por la fiscalía general de California, y una vez allí, marcó una mayor distancia de los grupos conservadores al rehusarse a apoyar la Proposición 8, que prohibiría el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Llegó al senado en 2017 y desde entonces su vida tuvo eventos más notorios como en 2020 cuando lanzó una breve campaña presidencial que eventualmente la llevó a ser la compañera de fórmula de Biden en las presidenciales.
El choque ideológico con los conservadores
Harris, conocida por su postura progresista, ha tomado decisiones políticas que han generado un fuerte rechazo de los cristianos, particularmente de los evangélicos. Esta fricción no es solo una cuestión de políticas específicas, sino también de visiones del mundo profundamente divergentes.
Una de ellas es el derecho al aborto, y es que Harris ha sido una defensora constante de los derechos reproductivos de las mujeres, apoyando la finalización de embarazos no deseados.
Durante su tiempo como Fiscal General de California, defendió la Ley de Protección de la Privacidad del Paciente, la cual restringía a los activistas pro-vida acercarse a las clínicas de aborto.
Como senadora, se opuso a la confirmación de jueces conservadores que podrían revertir Roe vs. Wade, el litigio judicial de 1973 en el que la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó que la Constitución del país protege la libertad de una mujer embarazada para elegir abortar sin excesivas restricciones gubernamentales.
En cuanto a los derechos LGBTQ+, Harris ha promovido políticas que protegen a estos grupos de la discriminación y mantiene su respaldo a la Ley de igualdad, diseñada para expandir las protecciones civiles a esta comunidad.
La vicemandataria también defiende la inclusión de educación sobre identidad de género y orientación sexual en las escuelas públicas, y respalda que estudiantes transgénero usen baños y participen en deportes de acuerdo con su autopercepción.
Además, Harris busca que el acceso a la salud incluya procedimientos de reasignación de género, entre otros.
Una evaluación comparativa entre Biden y Harris
Joe Biden, el más centrista y conciliador. Aunque ha adoptado políticas progresistas, su historial y algunas de sus decisiones muestran un enfoque más moderado y pragmático.
Su trayectoria incluye momentos de compromiso y equilibrio entre diferentes facciones del Partido Demócrata.
Apoya muchas de las mismas políticas que Harris; sin embargo, su enfoque más gradual y pacifista ha generado menos fricciones directas con los valores conservadores en comparación con la postura más directa y a veces confrontativa de Harris.
Kamala Harris es la más progresista. Sus decisiones consistentemente buscan avanzar en derechos reproductivos, igualdad, justicia penal reformista y medidas ambientales estrictas.
Su postura política la pone en conflicto con valores cristianos constantemente.
Para muchos, el balance de fuerzas entre Harris y Biden representaba un delicado equilibrio de poder en la Casa Blanca, donde las tendencias progresistas de Harris eran moderadas por el centrismo de Biden.
Con Harris al frente de la oficina Oval, se necesitaría de un vicepresidente con ideas menos extremistas para favorecer el diálogo abierto en el que se tome en cuenta a los ciudadanos cristianos, quienes también piden respeto por sus derechos.
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