La vida digital es más peligrosa de lo que creíamos
Le llamaron “el viernes maldito” al apagón tecnológico que paralizó gran parte del planeta y evidenció nuestra vulnerabilidad ante los sistemas informáticos.
Por horas, no pudimos volar, trabajar con “nuestros archivos”, hacer el supermercado, ni comunicarnos con la fluidez a la que estamos acostumbrados; todo a causa de un pequeño error con grandes consecuencias.
Una actualización defectuosa del software en los sistemas de Microsoft diseñados para proteger los archivos almacenados en la nube hizo colapsar las máquinas que utilizaban Falcón, causando una ola gigante de fallas colaterales.
Según reportes de medios internacionales, aeropuertos, medios de comunicación, hospitales, instituciones gubernamentales, escuelas, supermercados y un sinnúmero de empresas y organizaciones fueron sorprendidas cuando las pantallas de sus computadoras se pintaron de azul y se negaron a trabajar.
La compañía de ciberseguridad, CrowdStrike, responsable de la caída digital, puso al descubierto la vulnerabilidad de un mundo con absoluta dependencia de los sistemas “online”.
El caos disparado la madrugada del pasado 19 de julio, dejó muchas interrogantes sin responder, y aún más dudas acerca de un futuro digital intermitente, cuando menos.
Si se caen los servicios tecnológicos, ¿nos hundimos con éstos?
Si la infraestructura tecnológica de un gigante como Microsoft puede fallar, entonces, todos somos extremadamente frágiles. Eso aprendimos.
Pero llevemos esta situación a algo más específico:
Imagina que tienes programada una cirugía para tu hijo y estás esperando el vuelo que te llevará a la ciudad en la que se realizará.
Para empezar, te retienen por horas en el aeropuerto sin explicaciones claras de lo que sucede. Con suerte, logras salir en un vuelo para el que te tomaron datos en una hoja de papel a fin de registrarte, haciendo largas filas para conseguirlo.
Luego, llegas al hotel y te dicen que no tienen tu reservación registrada debido al colapso informático. Ves cómo resuelves.
Finalmente, llegas al hospital y resulta que no tienen datos de la cirugía de tu hijo pues no pueden acceder a sus archivos.
Ya no se trata de una complicación empresarial. Se trata de la vida de quien confía en ti. ¿Cómo reaccionarías?.
Cientos de personas se enfrentaron a crisis similares y hoy saben, mejor que nadie, que no pueden confiar plenamente en la tecnología.
Una realidad incómoda
El “viernes maldito” destapa la fragilidad del ser humano y las empresas al depender en gran medida de una sola infraestructura tecnológica para operaciones críticas.
A partir de este suceso, sin precedentes, se deben considerar estrategias de contingencia, como el uso de servicios de múltiples proveedores y la implementación de planes de recuperación ante desastres.
Una perspectiva más espiritual nos deja ver en 1 Timoteo 6:17 que: "a los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos."
Está bien ser innovadores, pero no desechemos de la memoria viejos refranes que nos advierten con sabiduría: nunca pongas todos los huevos en la misma cesta.
Video de El Universal