Cómo funciona la Cúpula de Hierro de Israel y por qué más países quieren una
Creada para proteger a civiles y militares de ataques aéreos demostrando una efectividad que supera el 90%, la Cúpula de Hierro despierta curiosidad y envidia de otras naciones.
Amanecía el 13 de abril de 2024 cuando las sirenas de ataque aéreo sonaron por todo Israel. El país estaba bajo fuego enemigo. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se apresuraron a tomar sus puestos y dar un solo aviso a sus ciudadanos: puede ser que escuchen explosiones. Eso fue todo.
Sin el terror que supone una emergencia de tal magnitud, los habitantes de Israel no debieron acudir a túneles o búnkers para protegerse de la lluvia de explosivos ya que su país contaba con un arma que hoy muchos envidian: la Cúpula o Domo de Hierro, Iron Dome (en inglés); Kipat barzel, (en hebreo).
Pero, ¿cómo funciona ese escudo gigantesco que libró de la muerte a miles de israelíes?
Se trata de un sistema de misiles aire-tierra diseñado para interceptar y destruir cohetes de corto alcance, aeronaves y otros misiles lanzados desde una distancia de hasta 70 kilómetros.
Por qué crearon la Cúpula de Hierro
El Domo de Hierro nació a raíz del ataque bélico que lanzó Hezbolá, un grupo terrorista apoyado por Irán, contra Israel en 2006 el cual ocasionó la muerte de decenas de israelíes y dejó daños por millones de dólares.
El ataque aceleró los esfuerzos de Israel, que desde 1986, venía desarrollando el concepto de un escudo antimisiles con el apoyo de su mayor aliado, Estados Unidos.
En 2010 Israel anunciaba que había creado una herramienta poderosa que soportaba ataques de sus enemigos cercanos; y en abril de 2011 fue puesto a prueba ganando la simpatía y curiosidad de sus aliados.
Cómo funciona el gigantesco escudo
La Cúpula de Hierro funciona utilizando un sistema integrado de radar, sensores y misiles interceptores para detectar, rastrear y destruir cohetes y proyectiles enemigos antes de que alcancen sus objetivos.
El proceso
La detección: el sistema percibe la existencia de los cohetes entrantes mediante un radar altamente efectivo.
El seguimiento: una vez detectado un proyectil enemigo, el sistema lo rastrea minuciosamente.
La evaluación y decisión: el sistema analiza la trayectoria y la amenaza potencial del proyectil para determinar si éste impactaría una zona habitada o militar; de lo contrario, lo dejan avanzar e impactar sin que esto represente daño alguno.
La intercepción: si se determina que el proyectil es una amenaza, el sistema lanza un misil.
La destrucción: el misil interceptor se dirige hacia el proyectil enemigo y lo destruye en el aire mediante un impacto directo o una explosión cercana.
El resultado: el equipo verifica la efectividad de la operación y se realizan ajustes de ser necesario.
Este proceso se realiza en cuestión de segundos para poder neutralizar la amenaza antes de que alcance su objetivo.
La capacidad de reacción rápida y la precisión son fundamentales para el éxito del sistema.
Se estima que Estados Unidos aportó para la instalación del Domo de Hierro alrededor de US$200 millones de dólares; y cada misil Tamir tiene un costo de entre los 40,000 y 60,000 dólares, según el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv.
Otros quieren su propio Domo de hierro
El investigador Pieter Wezeman dijo en entrevista a Yahoo Noticias que varios países han manifestado interés en el sistema de la Cúpula de Hierro; entre ellos, Chipre y Rumania, Singapur, Azerbaiyán, Corea del Sur e India; sin embargo, más recientemente potencias mundiales, como Estados Unidos, parecen ver el sistema como una opción proteccionista ante sus enemigos.
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